¡Hola a todos! Tras nuestro descanso del puente de noviembre, volvemos un día más a nuestro blog de Joróbate Flanders, retomando otro de nuestros temas preferidos, Mortadelo y Filemón.
Aunque en principio la editorial Penguin y la familia Ibáñez parecen poco proclives a mantener la voluntad del fallecido autor de que la serie continúe con otros autores, esto no ha impedido que este haya sido un año de muchos lanzamientos, desde el muy exitoso album póstumo de los JJOO de París´24 a la nueva colección infantil "Mi primer Mortadelo y Filemón" (una puesta al día de aquellos Top Comic con que buena parte de la generación millenial descubrió a los agentes de la TIA) pasando por un recopilatorio sobre sus muy desconocidos comienzos en Bruguera.
A la espera de saber si por fin irán volviendo a las tiendas ciertos números de la colección Super Humor que hoy tienen una gran especulación a las espaldas como son los recopilatorios de las portadas de la revista Mortadelo, hoy volveremos a hablar de algunos de nuestros comics preferidos o que al menos consideramos que deberían tener un mayor reconocimiento (parte I aquí) . Empecemos:
Contra Jimmy el cachondo
En estos días se cumplen 10 años de la sexta y hasta el momento última incursión de Mortadelo y Filemón en la gran pantalla. Aunque volvía Javier Fesser a la dirección tras el enorme éxito de taquilla que fue la extraña pero divertida "La gran aventura...", esta vez no sería un live action (si bien volvió buena parte del reparto de entonces) sino una película de animación CGI a cargo de Ilion Animation (hoy absorbida por Skydance) creadores de Planet 51.
Al contrario que las películas anteriores (que en menor o mayor medida se basaban libremente en algún determinado comic pre-existente) Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo era una historia original en que el loco villano que da nombre a la historia, tras robar varias de sus cajas fuertes, trataba de hacer volar (literalmente, como si de un cohete se tratara) la sede de los Técnicos de Investigación Aeroterráquea, mientras que Filemón intenta evitar con uno de los inventos del profesor Bacterio que el temido fugado "Tronchamulas" (al que hizo que encerraran injustamente en prisión) que casualmente es el primo de Jimmy, le haga "el aquello".
Más allá del fracaso en taquilla (que puso un abrupto fin a un proyecto de "universo Bruguera" que incluía un spin off de Rompetechos y una adaptación del personaje de Josep Escobar Carpanta) y el culto posterior que ha surgido gracias a las reiteradas reposiciones del canal Clan y los memes tuiteros, si en su día Ibáñez cogió determinados elementos de "La gran aventura..." para hacer su propia versión de aquel mítico "La gran superproducción" de Superlópez (Jan) al que llamó "El estrellato" esta vez crearía a su propio Jimmy el cachondo.
Aunque en buena medida se mantiene el argumento central de la película (tratar de que Tronchamulas les lleve a la guarida de su primo Jimmy y así recuperar un documento de supuesto gran valor para el Superintendente Vicente Ruinez) incluyendo la peculiar relación paterno-filial del villano con el invidente Rompetechos, Ibáñez se toma en todo momento sus licencias, como acortar el onirico prólogo inicial a apenas una viñeta (que además está protagonizada por Mortadelo y no por Filemón) o convertir la "reversicina" (que volvía dócil y simpático a Tronchamulas) en un paralizador, además de la aparición de personajes que no salían en la película como el director general de la TIA o la dueña de la desastrosa "Pensión el calvario", siendo una muy interesante visión alternativa de esta gran película.
El tirano
A partir del éxito de los álbumes de Mundiales y Olimpiadas, se hizo cada vez más habitual que Ibáñez realizara historias centradas en la actualidad del momento, lo que no siempre ha envejecido demasiado bien pero que le daba una gran visibilidad no solo en medios especializados sino también en la prensa generalista.
Uno de los títulos más destacados de este "subgénero" fue en 1999, año en que el ex-dictador chileno Augusto Pinochet estaba de plena actualidad por su arresto en Londres para ser juzgado en España por el juez Baltasar Garzón.
Así, en "El tirano" (revisión de "Objetivo: eliminar al Rana" con toques de "El sulfato atómico") los dos agentes (al ser los más prescindibles dentro de la organización) son enviados a la ficticia República de Chula para, infiltrados como guardaespaldas personales del dictador Antofagasto Panocho, conseguir deponerle, ideando todo tipo de atentados que solo les acaban afectando a ellos.
A mitad de comic, la historia da un giro de 180 grados cuando el Super ordena que Panocho sea protegido para llevarle ante el juez Calzón, y, como no podía ser de otra manera, es a partir de este momento cuando le hacen todo tipo de perrerías de forma accidental en un hospital donde se somete a un chequeo hasta (o eso creían) llevarle a la locura impidiéndole declarar.
Tras el gran éxito que tuvo este álbum, Panocho posteriormente reaparecería en el mencionado "El estrellato" (lo que nos hace sospechar que, cuando vio la película, Ibáñez no debía recordar a Bruteztrausen, en quien en verdad está basado el villano Calimero al que interpretaba Paco Sagárzazu) y, liderando a otros enemigos de Mortadelo y Filemón, en el conmemorativo "Venganza cincuentona".
¡Rapto tremendo!
He aquí una de esas excepciones donde los habituales cameos de otros personajes pasan de lo meramente anecdótico para convertirse en crossovers en toda regla.
El primero fue en 1981 Tete Cohete, que sirvió de presentación para el fallido personaje que empezó a publicar Ibáñez al año siguiente en la revista Pulgarcito, y 3 años después, Mortadelo y Filemón tenían que hacer equipo con el Botones Sacarino, único que puede identificar al terrorista que ha intentado atacar la sede del diario "El aullido vespertino" en que trabaja, en lo que fue el episodio piloto de la serie televisiva.
Por supuesto, el personaje que más se ha prodigado en las páginas de Mortadelo y Filemón es Rompetechos, ya que Ibáñez nunca ocultó que era su preferido.
De esta forma, ya había tenido ciertas dosis de protagonismo en "A la caza del cuadro" (donde deben infiltrarse en su casa en uno de los 10 capítulos que conforman el album) "El jurado popular" (siendo uno de los peculiares personajes a los que deben proteger antes de un juicio) "Sydney 2000" como parte del equipo olímpico español, o "Los cegatos" (una de las últimas historias cortas en 1991) donde es confundido con el cuñado del director general, un nuevo aspirante a agente al que Mortadelo y Filemón debían poner a prueba.
Así las cosas, 2 décadas después, de nuevo Ibáñez retomaba la idea de aquel "Testigo de cargo", rizando el rizo. Esta vez, el propio autor había sido secuestrado, y el único que puede encontrarle no es ni más ni menos que Rompetechos.
Tras crear el caos en diferentes lugares como un conservatorio musical, un bar, o poner a Rompetechos al volante de un SEAT 600, la investigación acabará conduciendo a los dos agentes a la propia sede de Ediciones B, con un inesperado final que no spoilearé.
Como siempre, podéis sugerir otros comics en los comentarios.