Los personajes no tan conocidos de Ibáñez
agosto 06, 2019Como ya mencioné de pasada en un artículo anterior, si hubo algo que marcó a fuego mi afición por la lectura fue el suplemento de comics que el diario El País ofreció entre 1981 y 2009, El pequeño país. Los personajes iban cambiando con los años, unos me gustaban más, y otros...no tanto. Pero había una página a mitad de suplemento que siempre estaba ahí, y que se convirtió en mi preferida, 13 Rúe del percebe, con su humor surrealista lleno de detalles de fondo que no siempre se veían a la primera.
Mi incipiente afán coleccionista me hizo buscar y adquirir los sucesivos especiales aniversario de los agentes de la TIA, y para mi sorpresa descubrí que la obra de Ibáñez era aún más grande de lo que pensaba. Y de eso trata el artículo de hoy en Joróbate Flanders, series que no crearon tanto impacto como las que todos conocemos, pero no por ello son menos interesantes.
Tete Cohete
"¡Eh, tíos! ¡Reciclad siempre! ¡Hasta hartaros!" |
"¡Me he dejado la barba de Homer Simpson, hoho!" |
En un principio, parecía que Ibáñez (o quizá más bien Bruguera) apostaba fuerte por el personaje, llegando a ser presentado en un album de Mortadelo y Filemón. Sin embargo, al poco lo abandonó pasando a ser dibujado por otros autores, que le llegarían a incluir como co-protagonista en El año internacional de la juventud, una de las pocas historias largas que existen de Sacarino. Y en cambio curiosamente no lo hizo en El 35 aniversario, donde hay cameos de casi toda su trayectoria. ¿Puede que realmente no llegara nunca a gustarle el personaje? Posiblemente nunca lo sepamos.
Doña Pura y Doña Pera, vecinas de la escalera
7 Rebolling Street
¿ANHQV o LQSA? No seré yo quien me moje, pero ya de alguna manera este debate existió antes en el mundo del tebeo.
A mediados de los 80, Bruguera estaba en horas muy bajas, con suspensiones de pagos. Varios autores dejaron la editorial, con la consecuencia de que no podrían retomar a sus personajes, ya que por contrato estaban obligados a renunciar a los derechos de autor sobre los mismos.
En este contexto, Ibáñez optó por reinventar una de sus series estrella, que reconozco que terminaría por incluso gustarme más que la original. 7 Rebolling Street, además de trasuntos de personajes ya conocidos como la señora de los animales, la patrona de la pensión, el veterinario o la portera, contaba con un banco, un bar y hasta ¡okupas drogadictos! , así como un rascacielos al fondo al que le pasaban todo tipo de cosas extrañas.
Con el tiempo, Ibáñez acabó delegando en un equipo de dibujantes encargándose exclusivamente del guión (algo que también haría con los propios M&F una vez de vuelta en Ediciones B entre 1987-90) pero, por suerte, el enorme éxito que en la actualidad han tenido los sucesivos recopilatorios de 13 Rúe permitió que al menos 7 Rebolling Street sí tuviese su pequeño homenaje en forma de Super Humor. Esperemos que algún día la renacida Bruguera haga lo propio con Chicha, Tato y Clodoveo, que, más allá de lo "ochentero" de sus protagonistas, quizá sea más tristemente atemporal que ninguna otra.
@ETECBLOG @_Queque_ Como hemos cambiado...así abordaba Ibáñez el tema d las drogas en 7, rebolling street.Tebeo orientado a público juvenil pic.twitter.com/dClHG1r1Dt— Pepe Indiopole (@Pepe_Indiopole) 20 de febrero de 2017
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