El ministerio del tiempo: ¿final definitivo? (SPOILERS)
junio 26, 2020
Aunque en España acostumbremos a hacer memes sobre la longevidad de la familia Alcántara en Cuéntame como pasó, lo cierto es que Los Simpson no es la única serie extranjera que le supera en años de emisión.
Quizá la más destacada de todas ellas es Doctor Who, que empezó a emitirse en la británica BBC en 1963. Aunque las aventuras del señor del tiempo conocido como "el doctor" a bordo de la nave TARDIS nunca han sido demasiado populares en nuestro país, esta producción generó un gran seguimiento de culto tanto en su país de origen como en EEUU hasta que finalmente se retomó en 2005 tras ser cancelada en 1989.
Cuando en 2014 se anunció que TVE emitiría su propia serie de viajes en el tiempo, reconozco que era muy escéptico al respecto.
Todavía en ese año nuestras cadenas de televisión seguían ancladas en un modelo que había grabado a fuego Médico de familia: el de las "dramedias" de 70 minutos que debían tener tramas que abarcaran a todo tipo de públicos, desde el infantil a los mayores. Un fenómeno, el de "la señora de Cuenca" que explicó a la perfección uno de los propios guionistas de la exitosa serie de Globomedia, Manuel Ríos San Martín.
Aún coleaba el fracaso de La fuga, serie muy adelantada a su tiempo que a su vez había sufrido recortes presupuestarios que obligaron a descartar su ambicioso planteamiento original en una prisión galáctica.
Todavía en ese año nuestras cadenas de televisión seguían ancladas en un modelo que había grabado a fuego Médico de familia: el de las "dramedias" de 70 minutos que debían tener tramas que abarcaran a todo tipo de públicos, desde el infantil a los mayores. Un fenómeno, el de "la señora de Cuenca" que explicó a la perfección uno de los propios guionistas de la exitosa serie de Globomedia, Manuel Ríos San Martín.
Aún coleaba el fracaso de La fuga, serie muy adelantada a su tiempo que a su vez había sufrido recortes presupuestarios que obligaron a descartar su ambicioso planteamiento original en una prisión galáctica.
Aunque seguía sin estar del todo convencido, este trailer me hizo que le concediese una oportunidad, sobre todo por el hecho de salir una de mis actrices preferidas, Aura Garrido, quien interpreta a Amelia Folch, estudiante universitaria pionera de su tiempo (finales del siglo XIX) de gran inteligencia. Ella sería quien lideraría el grupo que, junto al enfermero contemporaneo Julián Martínez (Rodolfo Sancho) y el soldado de los tercios Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda) trataría de conservar la historia de España con sus luces y sombras.
El piloto, "El tiempo es el que es", ambientado en la guerra de la independencia, sigue siendo posiblemente mi preferido de todos los que ha tenido la ficción española. Tras una breve presentación de los protagonistas, se establece rápidamente el tono de la serie, una especie de Liga de los hombres extraordinarios patria donde personajes históricos como el pintor Diego Velázquez (Julián Villagrán) colaboran en la misión secreta de este ministerio dirigido por Salvador Martí (Jaime Blanch) quien considera que "ni la educación, ni la sanidad ni los viajes en el tiempo deben dejar de ser públicos".
Uno de los principales aciertos de MdT desde el principio ha sido el de no estancarse en un único género (lo que podría haberle convertido en otro de tantos procedimentales) moviéndose en diferentes estilos según lo exigiera la trama.
Así, podíamos ver el asalto del agente renegado Leiva (José Antonio Lobato) como un thriller usando el sistema de doble pantalla de 24, intentar plantar cara a la inquisición en un homenaje medieval a Atrapado en el tiempo, o capítulos de tinte más cómico como aquel en que se nos narraba la poco conocida estancia de Napoleón (Fernando Cayo) en un convento de Tordesillas la Navidad de 1808.
Aunque las tramas son autoconclusivas, siempre ha habido un cierto hilo común entre las temporadas. En las 2 primeras temporadas teníamos como antagonista recurrente a Natalia Millán, quien interpreta a Lola Mendieta, republicana exiliada que, tras trabajar para el ministerio, se convierte en ladrona de arte y empieza a trabajar para Darrow, empresa estadounidense que quiere lucrarse con el viaje en el tiempo.
Tras la rebelión de Lola (a la que la máquina nuclear de Darrow le provoca una enfermedad terminal) la tercera temporada fue toda una analogía de las 2 Españas: el "libro de las puertas" que había robado Lola cae en las manos de sendas sociedades secretas infiltradas dentro del ministerio, el "Ángel exterminador", que pretende volver a los tiempos del absolutismo, y "los hijos de Padilla" grupo de comuneros que resulta estar liderado por el tío de Amelia. Un astuto plan de Salvador consigue atrapar a ambos grupos.
Inevitablemente, con el tiempo hubo bajas y relevos. Rodolfo Sancho empezó a salir más esporádicamente en la T2 para marcharse definitivamente en la 3, siendo sustituido por "Pacino" (Hugo Silva) cinéfilo policía de los años 80, que aunque generaba dudas entre el fandom, acabó siendo el personaje más popular.
También la tercera temporada supuso la despedida de Aura Garrido, entrando en su lugar Macarena García como una más joven Lola que es rescatada de los nazis por Ernesto (Juan Gea) la estricta mano derecha de Salvador del que muy poca gente conoce su pasado: es el padre del mismísimo Torquemada.
Todo apuntaba a que el 3x13 (donde Alonso deja el ministerio para formar una familia) sería el algo abrupto final de la serie debido a una caída en audiencia. Pero el público de MdT no es ya el tradicional de la ficción española: son las nuevas generaciones, las que ya llevaban tiempo siguiendo series americanas por internet, ya sea en plataformas de streaming o de forma, ejem, "alegal".
El ente público, siendo consciente de esto al ser lo más visto de su web "a la carta" finalmente dio luz verde tras más de 2 años fuera de emisión a una cuarta temporada que anoche ponía fin tras 8 episodios. ¿Ha estado a la altura? (SPOILERS del final a partir de aquí)
Como es lógico, los antiguos decorados del ministerio ya no existían. El palacio de la Duquesa de Sueca es sustituido por un antiguo edificio de Radio Nacional de España que, aún con cierto encanto retro, hace echar de menos el claustro y sus interminables escaleras.
En cuanto a los protagonistas, Amelia solo sale en un episodio que supone el final de su personaje, y otros personajes aparecen de forma interminente, quedando Salvador, Ernesto, Irene (Cayetana Guillen Cuervo) y Alonso como los únicos fijos. Sobre todo se echa de menos conocer más a la nueva agente Carolina Bravo (Manuela Vellés) antigua concursante del Un dos tres que, intentando huir del maltrato de su marido, acaba en la corte de Felipe IV.
Pero más allá de eso, esta serie no ha perdido un ápice de su encanto, mostrando de nuevo historias poco conocidas como la del ingeniero Emilio Herrera (Vicente Romero) o la de cierta peculiaridad física de Fernando VII (Juanjo Cucalón, que además hace una interpretación autoparódica de sí mismo que recuerda a la estupenda Qué fue de Jorge Sanz) .
Pero sobre todo, esta ha sido la temporada que ha cerrado un círculo. Tras una misión en la guerra civil, Lola era secuestrada por un antiguo enemigo del ministerio muy relacionado con su pasado (o quizá habría que decir "futuro") que pilota el Anacronópete de la novela homónima pionera del género escrita por Enrique Gaspar y Rimbau en 1887.
Esta nave es el motivo de que solo haya puertas al pasado, ya que es el medio de transporte del ministerio en 2070, una distopía donde una élite usa los viajes en el tiempo para su interés mientras el resto de la población pasa enormes penalidades.
Cuando una Lola envejecida por culpa del Anacronópete (interpretada ahora por Fiorella Faltoyano) le muestra esto a Julián (puesto que su nieta será quien salve al país y es perseguida por ello) el lado oscuro que siempre ha tenido Salvador termina por estallar ordenando a los agentes el secuestro del tatarabuelo del siniestro subsecretario del futuro ministerio Juan Salcedo (Daniel Pérez Prada) cuando solo es un bebé en una escena que homenajea a Los intocables de Elliot Ness.
Aunque finalmente la policía Carmen Ayala (Marta Milans, actriz madrileña afincada en EEUU) consigue disuadirle de cometer tan cruel asesinato (quedando el niño a cargo de Carolina) esto le hace renunciar a su cargo, nombrando a Ernesto en su lugar y despidiéndose de todos en unas cartas muy emotivas. El reencuentro de un Pacino ya anciano con Lola pone fin a la temporada, ¿y a la serie?
De ser así, sin duda estoy satisfecho (pese a algún cabo suelto) de como este episodio ha sabido cerrar el arco de todos estos carismáticos personajes. De seguir, sería interesante ver a Ayala como nueva protagonista, o quizá un spin off protagonizado por Irene, quien pasa a dirigir un departamento de mujeres olvidadas de la historia dentro del ministerio, algo que sería muy interesante y divulgativo en los tiempos que corren.
Sea como sea, en Joróbate Flanders estaremos para comentarlo.
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