Los periféricos más insólitos (3)
junio 19, 2020Vuelve otra de las secciones clásicas de Joróbate Flanders, el repaso a algunos de los periféricos más llamativos que hemos visto en consolas (artículos anteriores aquí y aquí) .
Kinect (Xbox360/Xbox One)
Con Playstation 2 convertida en el sistema más vendido de la historia, no había motivos para pensar que la séptima generación no fuese otro paseo de Sony. Sí, Microsoft llevaba un año de ventaja con Xbox360, pero antes o después bajaría el elevado precio de lanzamiento (600€) de PS3 y llegarían los juegos más esperados como Metal Gear Solid 4.
Finalmente PS3 superó las ventas de su rival directo por un margen muy escaso... y sin embargo no fue la ganadora. Nadie (quizá ni la propia Nintendo) esperaba el gran auge de Wii y sus sencillos juegos sociales. Y de hecho, tanto Sony como Microsoft habían rechazado la revolucionaria tecnología de control de movimientos del Wiimote. Los intentos de imitar este éxito no se harían esperar.
Este vídeo fue la gran sensación del E3 de 2009. Una verdadera experiencia de juego sin mandos, solo con movimientos y voz. El viejo sueño de la realidad virtual más cerca que nunca. Un año después, el "Project Natal" vería la luz con el nombre de Kinect, con una intensa campaña publicitaria.
Con una buena crítica inicial, pronto llegó la decepción. Uno de los juegos más esperados (Ryse) resultó no ser compatible como se dio a entender, y los que sí salieron como Kinect Star Wars estaban muy por debajo de las expectativas, convirtiéndose en una mera herramienta para el mismo tipo de juegos que estábamos acostumbrados en Wii, como la saga Just Dance de Ubisoft.
Pese a todo, en Microsoft no estaban dispuestos a renunciar a su gran invento cometiendo posiblemente el mayor error de la historia de su división de videojuegos: la inclusión obligatoria en Xbox One, algo que, unido a la también controvertida decisión (afortunadamente descartada antes del lanzamiento) de la necesidad de tener conexión permanente a internet, daba a la máquina una impresión un tanto inquietante.
Apenas pasaron 6 meses para que saliera un nuevo modelo sin Kinect, pero los 100 euros de más durante ese periodo fueron una losa ya insalvable contra PS4. En 2016 (3 años después de la original) llegó al mercado la ambiciosa revisión Xbox One S, y lo hizo sin puerto para conectarlo, confirmándose un año más tarde el abandono de su fabricación. A pesar de todo, como siempre ocurre, la scene no ha dejado morir el periférico, siendo por ejemplo demandado por la scene del virtual pinball, usándolo para dotar a las creaciones de un efecto 3D.
Tarde o temprano tendremos uno
Tuner TV (Game Gear)
Aunque hoy algunos se empeñen en recordarla únicamente por la duración de sus pilas, lo cierto es que la Game Gear de SEGA era todo un lujo de portátil para su época.
Con pantalla de color retroiluminada (frente a la Game Boy original, que se veía en un gris verdoso que costaba ver cuando había poca luz) aquello era casi una Master System que poder llevar a cualquier lado, como demuestran títulos tan estupendos como Sonic Chaos. Además de ports como ese o Dynamite Headdy, también existía un periférico llamado Master Gear converter, que reforzaba esta percepción sobre la consola al ser compatible con un buen número de cartuchos de MS, dándole un catálogo de lo más amplio y digno.
Se hicieron campañas muy agresivas (a veces con pantallazos de MD, todo hay que decirlo) haciendo ver esta diferencia tecnológica, entre los que encontramos este curioso anuncio protagonizado por un joven Ethan Suplee, el entrañable Randy Hickey de Me llamo Earl.
Con pantalla de color retroiluminada (frente a la Game Boy original, que se veía en un gris verdoso que costaba ver cuando había poca luz) aquello era casi una Master System que poder llevar a cualquier lado, como demuestran títulos tan estupendos como Sonic Chaos. Además de ports como ese o Dynamite Headdy, también existía un periférico llamado Master Gear converter, que reforzaba esta percepción sobre la consola al ser compatible con un buen número de cartuchos de MS, dándole un catálogo de lo más amplio y digno.
Se hicieron campañas muy agresivas (a veces con pantallazos de MD, todo hay que decirlo) haciendo ver esta diferencia tecnológica, entre los que encontramos este curioso anuncio protagonizado por un joven Ethan Suplee, el entrañable Randy Hickey de Me llamo Earl.
Pero lo que más me fascinaba cuando de pequeño veía una y otra vez este VHS promocional de 1994 era la breve mención que hacían al TV Tuner. Esto consistía en un aparato con antena que se introducía en la ranura de los cartuchos, convirtiéndose en nada menos que un televisor portátil por unas 11.000 pesetas, lo que podía costar un juego medio para SNES en aquella época.
Hoy en día la irrupción de la TDT y el consecuente apagón analógico hace imposible sintonizar canales, pero su salida de vídeo permite que se pueda usar la Game Gear como monitor para otras consolas. Una interesante rareza para coleccionistas de SEGA.
Xbox controller "the duke" (Xbox)
Como ya hemos visto al principio del artículo con el tema del Kinect en Xbox One, la política de Microsoft con sus consolas es la de "burro grande, ande o no ande". Así, su primera consola lanzada en 2001 era un auténtico "ladrillo", mucho más voluminosa que una PS2, no digamos ya la GameCube de Nintendo. El mando (con un parecido, casual o no, al de la consola final de SEGA, Dreamcast) no le iba a la zaga en ese sentido, siendo popularmente conocido como "the duke".
La polémica llegó en la segunda edición de ese año (como ya explicamos en anteriores artículos de Joróbate Flanders, hasta 2002 era un evento semestral) del Tokio Game Show. En dicho evento, el mismísimo Bill Gates no mostró este mando, sino un microchip de control mental uno de un tamaño sensiblemente inferior y una diferente disposición de botones, el Xbox controller S. ¿El motivo? Según el filántropo, los japoneses tenían las manos más pequeñas.
Este desafortunado comentario fue posiblemente el fin de la generación para Microsoft en un país donde realmente nunca tuvo opciones con una PS2 que ahí ya llevaba 2 años en el mercado, pero acabó siendo un inesperado acierto en Occidente, ya que en 2003 se abandonó la producción del primer mando haciendo que el Controller S pasara a ser el estándar a nivel mundial, puesto que comprobaron que era mucho más práctico para jugar.
Pese a todo, "the duke" parece tener su pequeña cuota de nostálgicos, y recientemente Hyperkin lanzó una réplica compatible con Xbox One y juegos de PC. Aunque no es precisamente barato (89€) y hoy en día resulta mucho más cómodo el mando oficial de la máquina, esta resulta una buena muestra de como el paso del tiempo ha reivindicado a una gran consola que fue incomprendida en su día.
Como siempre, podéis sugerir otros periféricos en los comentarios.
0 Comentarios