¡Arranca 2020 3 2022! Apenas habíamos tenido tiempo de abrir nuestros regalos de Navidad cuando Disney+ arrancaba una nueva producción de Star Wars, ya por fin regresando al live action tras La remesa mala y el interesante experimento anime que fue SW Visions. 

En el momento de escribir esto ya se han emitido 2 episodios de los que daremos nuestras primeras impresiones en Joróbate Flanders. Por supuesto, habrá SPOILERS, así que os dejamos si no los habéis visto con este baile de mierda.

Año 1978. Star Wars (recordemos, aún sin el "una nueva esperanza") había sido el gran fenómeno de taquilla de la década. Se sucedían los comics de cada vez más estrambóticos argumentos de la mano de Marvel, y las figuras de acción de Kenner se agotaban con velocidad en las tiendas de juguetes. 

Por supuesto, aquello sabía a poco, pero la secuela aún tardaría en llegar, y en una época sin más plataformas de streaming que tiempo para verlo todo, George Lucas produjo para la cadena CBS algo que a los que lo han visto hace aún esbozar una media sonrisa irónica al oír que la trilogía de precuelas o El ascenso de Skywalker es lo peor de la franquicia galáctica: Star Wars Holiday Special.

En este especial televisivo se nos narra como Han Solo (Harrison Ford) intenta huir de escenas eliminadas de Darth Vader para que su gran amigo Chewbacca (Peter Mayhew) llegue a tiempo a casa de su familia en el planeta Kashyyyk para "El día de la vida", festividad wookie con reminiscencias de la Navidad (de ahí el mito que es un especial de esta fecha, siendo que en realidad se emitió en vísperas de Acción de gracias) , con números musicales de diferentes artistas de la época... y de la propia Carrie Fisher como la princesa Leia.

Tras sus malas críticas, el Holiday Special jamás ha podido verse en estos más de 40 años de una forma "oficial", y solo una parte del mismo fue digitalizada para la edición en blu ray de las primeras 6 películas: mediante un flashback que nos introducían C3PO y R2D2, veíamos la única escena de acción del programa, un corto animado de una escaramuza de Han junto al aún no jedi Luke Skywalker (Mark Hamill) .

Más allá de su pobre calidad (que dejaba a aquella serie de Spiderman de la que tantos memes se han hecho a la altura de What if) aquí ya se nos presentaba sorpresivamente un importante adelanto de la siguiente película: un nuevo villano contratado por el imperio, el cazarrecompensas Boba Fett. 

Aunque su aparición en El imperio contraataca fue sensiblemente inferior a lo que se esperaba, y tuvo una muerte en El retorno del jedi un tanto ridícula (fue golpeado por un Han que sufría de ceguera temporal cayendo a las fauces del sarlacc en Tatooine) , Fett se convirtió en un personaje de culto entre buena parte del fandom, transformándose en un personaje habitual del universo expandido tras desvelarse en la serie limitada de comics "imperio oscuro" que su armadura le había salvado, siempre movíéndose en una zona gris alejada del marcado bien y mal que caracteriza a Star Wars.

Sería en las precuelas cuando conoceríamos el pasado de este personaje: el maestro jedi Sifo-Dyas había encargado en secreto al planeta Kamino la creación de un ejército para la República, proyecto del que se acabó apropiando el lord sith Darth Sidious (Ian McDiarmid) implantándoles la oscura orden 66 que supuso la aniquilación de los jedi. 

Este ejército consistía en un infinito número de clones del mandaloriano Jango Fett, que aceptó a cambio de "un sueldo considerable" y un clon inalterado al que criaría como un hijo: Boba. 

Aunque no pocos fueron críticos con esta historia considerando que el quitarle el casco le quitaba encanto y misterio, lo cierto es que Temuera Morrison supo darle un gran carisma a este nuevo personaje, protagonizando posiblemente las mejores escenas de acción de El ataque de los clones, imprimiendo ya entonces ese cierto aire western que han marcado las actuales producciones de Disney.

Mientras que Morrison se encargó de redoblar a Fett en la edición DVD del Episodio V, vimos a un joven Boba marcado para siempre por la decapitación de su padre por la espada laser de Mace Windu (Samuel L. Jackson) como antagonista recurrente de la serie CGI The Clone Wars, y tras ser esta cancelada por la absorción de LucasFilm, se anunció inicialmente una película de Fett que sería finalmente reemplazada por la de Han Solo.

A finales de 2020, Disney+ lanzaba la esperadísima segunda temporada de The Mandalorian, en la que el personaje de Din Djarin "Mando" (Pedro Pascal) conocía a Fett, al que ayudó a recuperar su armadura robada por los chatarreros jawas tras escapar del sarlacc. A cambio, junto a su nueva aliada Fennec Shand (Ming-Na Wen) luchó contra las tropas del moff imperial Gideon (Giancarlo Esposito) para proteger al misterioso niño a cuyo cargo había quedado Mando. 

Y justo en este punto arranca El libro de Boba Fett, con el clon mandaloriano descansando en un tanque de bacta en el palacio de Jabba, que decide reclamar para sí mismo junto con su sindicato criminal tras asesinar al sucesor del hutt, Bib Fortuna (sí, ese que tenía una cabeza de forma tan "particular") . Su objetivo es el de ser un líder duro pero justo.

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Mientras que le van saliendo enemigos por todos los frentes (desde unas corruptas autoridades locales que exigen su trozo del pastel a unos hermanos hutt que no están dispuestos a renunciar a su "linaje"), estos 2 episodios sobre todo se centran en el pasado inmediato de Boba, y como fue capturado por una tribu de moradores de las arenas aparentemente algo menos belicosos que los que conocíamos hasta la fecha.

Al conseguir abatir a un gigantesco monstruo con la única arma de sus propias cadenas, Fett consigue ganarse poco a poco el respeto de sus captores tusken, hasta que finalmente es aceptado como uno más de ellos al conseguir detener los constantes ataques de un grupo de traficantes de especias de Kessel, enseñándoles a usar speeders (las motos voladoras que vimos por primera vez en la batalla de Endor) para abordar y detener su tren.

En principio, El libro de Boba Fett es una serie que tiene un indudable potencial. El problema es que... todo suena demasiado parecido a ya visto. Desde las minimalistas localizaciones, a la banda sonora de Ludwig Göransson y, por qué no decirlo, esos créditos con el arte de cada episodio, hace que la serie carezca en cierto modo de una identidad propia, y se sienta como una temporada "2.5" de The Mandalorian.